sábado, 31 de mayo de 2014

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

2 DE FEBRERO DE 1817

-¡Lady Eden!-exclamo cuando veo a mi visita de hoy en el salón de pie-¡Qué sorpresa más agradable! ¿A qué debo el honor de su visita? 
-No nos hemos vuelto a ver desde hace algún tiempo-contesta la cuñada de Alec-Cuando Jack y yo asistimos a una fiesta que su padre ofreció con motivo de su compromiso con lord Draxinger. Por entonces, yo acababa de casarme. 
-Parece que han pasado siglos desde entonces. 
                    Me gustaría hacer algún comentario algo más jocoso.
                    Pero me enfrento con la mirada cargada de tristeza que desprende la mirada de lady Eden. Me da un beso en la mejilla.
                    Tomamos asiento en el sofá.
-Se equivoca-le corrijo-Nos vimos hace algunos días.
-Sí...-recuerda lady Eden-Cuando la vi dando un paseo con la nueva amiguita de mi cuñado y con el primo de ésta. ¿En serio la pobre Rebecca Ward se creía que un canalla como Alec iba a casarse con ella?
                    Tengo la espantosa sensación de estar delante de una versión pelirroja de Miranda. Lady Eden desprende la misma rabia que desprende Miranda. Recuerdo lo triste que la vi en el embarcadero hace unos días. Sufre por culpa del abandono de su marido. Sufre porque ha perdido a su único hijo. Sufre porque su padre, lejos de establecerse en Inglaterra, sigue viajando por el mundo.
-Yo sabía que Jack iba a abandonarme antes o después-me cuenta-Fui una tonta por pensar que él estaba dispuesto a cambiar. Se lleva a matar con sus hermanos.
-Creía que habían solucionado sus problemas-me sorprendo.
-Yo también lo creía. Pero, hace unos días, mi cuñado Robert vino a vernos con su mujer. Jack estaba borracho y la insultó. Robert y él terminaron liándose a puñetazos.
                   Lady Eden habla con voz desapasionada. Pero también habla con voz cansada.
                   No se acostumbra a vivir en un lugar fijo. La realidad choca con sus sueños de jovencita que soñaba con su puesta de largo. No hay aventuras. No hay nada en su vida.
-No lo sabía-digo-Lo siento mucho. Pensaba que las cosas habían mejorado.
                     Lady Eden se encoge de hombros. Le duele hablar de su marido. Me pregunto a mí misma si lady Eden sigue enamorada de Jack Knight. Cuando se casaron, ella intentó cambiarle. Y él le contestaba utilizando el sexo para retenerla. O el chantaje, si su esposa empezaba a ponerse pesada. La doncella de lady Eden se lo comentó a mi doncella. Yo lo escuché.
-¿Y qué piensa hacer?-le pregunto.
-Sigo casada con Jack-responde lady Eden-Pero siento que nada me une a él. De algún modo, hacemos vidas separadas. Sé que ha vuelto a liarse con esa zorra de Lisette. Él me ha jurado y perjurado que no tuvieron nada cuando ella fue mi doncella. Yo no me lo creo.
-Lamento mucho oír eso.
-Es la verdad. Mi matrimonio es un completo fracaso. Nunca nos quisimos.
                   Los ojos de lady Eden se llenan de lágrimas. Ella lucha por disimularlas.
                   No quiere llorar delante de mí. La comprendo.
-La culpa fue mía por comportarme como una estúpida-se lamenta-Quería ser como las demás chicas. Como usted, lady Parthenia. Quería tener una puesta de largo. Ir a fiestas en Almacks. En cambio, soy una madre sin hijo. Una mujer cuyo marido la abandona. Mi vida es un completo asco. De nada sirve lamentarse.
-Yo...-murmuro.
-No diga nada. Me alegro de que me haya escuchado. Me conformo con eso.

 

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