martes, 10 de diciembre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

      13 DE ENERO DE 1817

-Os noto pensativa, milady-observa mi doncella personal-¿Ocurre algo? 
                      Estoy sentada delante de mi tocador. Mi doncella se dedica a cepillar mi pelo. Mi mente sigue siendo una maraña de pensamientos. Al despertar, me he sentido más confundida que nunca. 
-Ignoro cuándo regresará mi prometido de Londres-le cuento. 
-Es posible que, cuando regrese, quiera fijar fecha para la boda-apostilla mi doncella-No quiero ser indiscreta, milady. Pero vuestro padre considera que la boda debe de celebrarse lo antes posible. 
-Lo sospechaba. 
                     El problema radica en que yo no quiero casarme. 
                     Hay algo en mi interior que me dice que Piers nunca me hará feliz. 
                     Empiezo a preguntarme si alguna vez he estado enamorada de Piers. Si no he confundido el amor con otra cosa. Me halagaba y mi ego crecía al sentirme el centro de atención. 
-Ya estáis lista-anuncia mi doncella. 
-Eres muy amable-la adulo. 
                       Me miro en el espejo y siento ganas de escupir. Yo no soy yo últimamente. 
                       Mi padre me está esperando sentado en la cabecera de la larga mesa que tenemos en el comedor, que es de caoba. Me siento a la mesa, a su lado. Mi padre, como de costumbre, está leyendo The Times. Una de las criadas vierte leche caliente en mi taza y bebo un sorbo. Todos los días la misma rutina, pienso. 
-¿Sabes ya algo de tu prometido?-me pregunta mi padre. 
-Sólo sé lo que me escribió-respondo-Dice que está en Londres. Que me echa mucho de menos. 
-No te veo muy contenta. 
-Seré sincera contigo. Ignoro si me está diciendo la verdad o si me está mintiendo. Y espero que esté equivocada. Pero sospecho que Piers me es infiel con otras mujeres. No soy tonta. Sabía cómo era cuando se me declaró. 
-Eres como tu amiga Becky. Ella se casó con un crápula. Espero que no cometas el mismo error. 
                  Le miro con estupor. ¿Acaso mi padre aborrece a Piers? Eso es algo que nunca antes me había planteado. 
-¿Aborreces a Piers, papá?-le interrogo. 
-No quiero que seas infeliz, Parthenia-contesta mi padre-Y sospecho que ese hombre te hará muy desdichada. ¡Fíjate en tu amiga! 
-Becky y Alec se aman. Yo los veo felices. Creo que son felices. 
-¿Dónde está ese inútil de Alec?
-Está en Londres. Con Piers...
-¿Ves? Me das la razón. Esos dos están en Londres haciendo sabe Dios qué. 
                      Decido que es mejor callarme. No me atrevo a articular palabra. Por un lado, me gustaría defender a Piers. Pero, por el otro lado, pienso que mi padre tiene razón. Yo me pregunto cuándo volveré a ver a Mikhail. Deseo volver a verle.