martes, 10 de diciembre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

      13 DE ENERO DE 1817

-Os noto pensativa, milady-observa mi doncella personal-¿Ocurre algo? 
                      Estoy sentada delante de mi tocador. Mi doncella se dedica a cepillar mi pelo. Mi mente sigue siendo una maraña de pensamientos. Al despertar, me he sentido más confundida que nunca. 
-Ignoro cuándo regresará mi prometido de Londres-le cuento. 
-Es posible que, cuando regrese, quiera fijar fecha para la boda-apostilla mi doncella-No quiero ser indiscreta, milady. Pero vuestro padre considera que la boda debe de celebrarse lo antes posible. 
-Lo sospechaba. 
                     El problema radica en que yo no quiero casarme. 
                     Hay algo en mi interior que me dice que Piers nunca me hará feliz. 
                     Empiezo a preguntarme si alguna vez he estado enamorada de Piers. Si no he confundido el amor con otra cosa. Me halagaba y mi ego crecía al sentirme el centro de atención. 
-Ya estáis lista-anuncia mi doncella. 
-Eres muy amable-la adulo. 
                       Me miro en el espejo y siento ganas de escupir. Yo no soy yo últimamente. 
                       Mi padre me está esperando sentado en la cabecera de la larga mesa que tenemos en el comedor, que es de caoba. Me siento a la mesa, a su lado. Mi padre, como de costumbre, está leyendo The Times. Una de las criadas vierte leche caliente en mi taza y bebo un sorbo. Todos los días la misma rutina, pienso. 
-¿Sabes ya algo de tu prometido?-me pregunta mi padre. 
-Sólo sé lo que me escribió-respondo-Dice que está en Londres. Que me echa mucho de menos. 
-No te veo muy contenta. 
-Seré sincera contigo. Ignoro si me está diciendo la verdad o si me está mintiendo. Y espero que esté equivocada. Pero sospecho que Piers me es infiel con otras mujeres. No soy tonta. Sabía cómo era cuando se me declaró. 
-Eres como tu amiga Becky. Ella se casó con un crápula. Espero que no cometas el mismo error. 
                  Le miro con estupor. ¿Acaso mi padre aborrece a Piers? Eso es algo que nunca antes me había planteado. 
-¿Aborreces a Piers, papá?-le interrogo. 
-No quiero que seas infeliz, Parthenia-contesta mi padre-Y sospecho que ese hombre te hará muy desdichada. ¡Fíjate en tu amiga! 
-Becky y Alec se aman. Yo los veo felices. Creo que son felices. 
-¿Dónde está ese inútil de Alec?
-Está en Londres. Con Piers...
-¿Ves? Me das la razón. Esos dos están en Londres haciendo sabe Dios qué. 
                      Decido que es mejor callarme. No me atrevo a articular palabra. Por un lado, me gustaría defender a Piers. Pero, por el otro lado, pienso que mi padre tiene razón. Yo me pregunto cuándo volveré a ver a Mikhail. Deseo volver a verle. 



jueves, 24 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

12 DE ENERO DE 1817

                            Me cuesta trabajo conciliar el sueño esta noche. Mi cabeza no para de dar vueltas. Pienso en Piers y me pregunto si me estará siendo fiel, aunque tengo mis dudas al respecto. 
                            También pienso en Mikhail. Me gustaría mucho volver a verle. Creo que él y yo podríamos llegar a ser buenos amigos. No tengo muchas ganas de escribir en este diario. Quiero cerrar los ojos y dormirme. Aunque me cueste trabajo. 
                           Mañana, pienso, será otro día. Cierro los ojos y me quedo profundamente dormida. 


miércoles, 23 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

11 DE ENERO DE 1817

                       Becky ha venido esta noche a dormir conmigo. Tengo la sospecha de que quiere saber lo que pienso yo de su primo. 
-¿Qué te ha parecido Misha?-me preguntó a solas en mi habitación-Es un buen chico. 
-Eso no lo pongo en duda-le respondí, sentada en la cama. 
-Creo que su boda con Eva le hará bien. 
-¿La conoces?
-No la conozco personalmente. Todo lo que sé es lo que Misha me ha contado. Dice que es hermosa y sofisticada. Lo único que espero es que le haga feliz. Se lo merece. Los dos perdimos a nuestros padres y no tenemos hermanos. 
-Os tenéis el uno al otro. Creo que es suficiente. Yo tampoco tengo hermanos. 
-¡Pero me tienes a mí, boba!
                       Becky se sentó a mi lado en la cama. Las dos llevamos puestos nuestros camisones. Becky sonrió al pensar en su primo. Pero su rostro se tornó triste al pensar en Alec. 
                       Lleva ya varias semanas fuera. Se fue antes de Navidad. Becky recibió una escueta carta después de Año Nuevo felicitándole. 
                       Después de eso, no ha vuelto a saber más nada de él. 
-A veces, tengo miedo de que me haya abandonado-me confesó Becky-Creo que se casó conmigo porque quería quedar bien con sus hermanos. Ya sabes que éstos dejaron de hablarle cuando supieron que debía dinero a ciertas personas. 
                      Fruncí el ceño. No me gusta pensar que Alec se haya casado con mi amiga sólo porque quería recuperar la asignación que le había asignado su hermano el duque. Oí el rumor en Londres de que con quien de verdad quería casarse Alec era con una tal Lizzie Carlisle. 
-¡Eso no es verdad!-me aseguró Becky-Lizzie Carlisle es la esposa del mejor amigo de Alec, Devlin Strathmore. Alec me contó que Lizzie amaba a Devlin. Y que lo que sintió por él fue un cariño que confundió con otra cosa. Nada más...
-Esa mujer es ahora una mujer casada-le recordé a mi amiga-Alec no persigue a doncellas vírgenes. Pero... ¿Y a mujeres casadas?
-¡Oh, no! Mi Alec no me engañaría nunca con otra mujer. 
-Becky...
-¡No le conoces, Parthenia! Alec ha cambiado. Yo sé que ha cambiado. Le he hecho cambiar. 
-Los hombres como Alec no cambian nunca, amiga. 
-Llevamos poco tiempo casados y sé que él ha cambiado. El amor que siente por mí le ha hecho cambiar. 
-¡Ojala no tengas que arrepentirte por tus palabras!

martes, 22 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA WESTLAND

10 DE ENERO DE 1817

                        He ido a visitar esta tarde a Becky a su casa. No estaba sola cuando el mayordomo anunció mi llegada. Había un joven a su lado. Becky fue a mi encuentro, muy contenta. 
-Te estábamos esperando, Parthenia-me dijo-Me gustaría presentarte a una persona. 
                        Mis ojos debieron de abrírseme de un modo desorbitado. 
                        Había un joven al lado de Becky. 
                        Creo que le conozco, pienso. Trato de hacer memoria. Y, entonces, me acuerdo del paseo que di cuando recibí la última carta que me escribió Piers. Apenas crucé cuatro palabras con él. Pero no puedo olvidarlo. Se trata del joven al que vi pescando. 
-Parthenia, éste es mi primo el Príncipe Mikhail Kurkov-me dijo Becky-Misha, ésta es mi amiga lady Parthenia Westland. Te he hablado en varias ocasiones de ella. 
-Nos conocemos-dijo Mikhail. 
                      Becky no pareció entender nada. Mikhail se inclinó para hacer una reverencia un tanto desenfadada, pero, al mismo tiempo, cortés. 
-Nos vimos hace unos días-le expliqué a Becky. 
                     Mikhail se enderezó. Al hacerlo, nuestras miradas se encontraron. Mikhail me sonrió con amabilidad. Noté cómo la sangre se agolpaba en mis mejillas. 
-No sabía que usted fuera el primo de Becky-le dije a Mikhail. 
-No tuvimos mucho tiempo para hablar-me recordó él. 
-Bueno...Salí a dar una vuelta sola. Y le vi. Está mal que una dama hable a solas con un caballero. 
-No soy un caballero. Soy un Príncipe. 
                     Me eché a reír. Entonces, recordé algo que no me gustó nada. Piers nunca me hace reír. La verdad es que apenas lo veo. 
                      Tomamos asiento en el sofá. 
-¿De dónde es usted, Alteza?-le pregunté a Mikhail. 
-Llámame Mikhail-respondió él-Soy natural de San Petersburgo. 
-¿Y qué está haciendo aquí? Perdone que sea tan curiosa. 
                      Becky se puso tensa. Noté cómo Mikhail también se ponía tenso. 
-He querido venir aquí a hacerle una visita a mi prima-me explicó-Casi nunca nos vemos. 
                      Traté de confiar en lo que me decía. El trato que Mikhail me dispensó fue muy amable. Yo diría que fue muy simpático conmigo. 
-Lady Parthenia va a casarse-le contó Becky. 
                    No me agrada hablar de mi compromiso con Piers. 
-¿Y cuándo se va a celebrar la boda?-inquirió Mikhail. 
-Cuando mi futuro marido se decida a regresar de Londres-contesté. 
-Misha también se va a casar-me explicó Becky-Su prometida es una joven de San Petersburgo. Se llama Eva. 
                      No me gustó nada escuchar aquello. Luego, me dije a mí misma que estaba pensando en tonterías. Acababa de conocer a Mikhail. A lo mejor, no volvía a verle. 
-¿Cuánto tiempo piensa pasar en Douglas?-inquirí, dirigiéndome a Mikhail. 
-Voy a pasar una temporada-contestó él. 
                       Me miraba de un modo que me resultó curioso. Parecía querer saberlo todo de mí. Tuve la sensación de que ya me conocía, a pesar de que apenas nos conocíamos. De hecho, acabábamos de ser presentados un rato antes. 
                      Permanecí un buen rato en casa de Becky. Estuvimos hablando durante un largo rato acerca de temas triviales. Le conté a Mikhail cómo había sido la temporada social en Londres. 
-No debe de distar mucho a cómo es la temporada social en San Petersburgo-apostilló con una sonrisa pícara. 
-Nunca he estado allí-dije-No sé cómo es. 
                      Mikhail me aseguró que estaría encantado de contarme cosas acerca de su ciudad natal. Le dije que eso tendría que ser otro día. Me puse de pie al tiempo que anunciaba que tenía que irme. Becky y Mikhail se pusieron de pie a la vez. 
-Vendré a verte otro día-le dije a Becky. 
-Estaría encantado de volver a verla, lady Parthenia-me aseguró Mikhail. 
-Lo mismo digo. 
                           Me despedí de ellos. Me fui. 
                          Pero pensé que quería volver a ver a Mikhail otra vez. 

lunes, 21 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

9 DE ENERO DE 1817

                        He ido a visitar a Becky a su casa. 
                        Nos sentamos en el sofá. 
-¿Dónde está Alec?-le pregunté. 
-Está en Londres-respondió Becky-Casi que lo agradezco. 
-¿Por qué dices eso?
-Alec piensa que mi primo está aquí huyendo de algo. Y eso no le gusta. 
                      Becky guardó silencio. Se sentía mal. Yo podía percibir cómo se debatía entre el amor que siente por su marido y el cariño tan grande que siente por su primo. No sabía qué hacer para ayudarla. En aquellos momentos, me sentí impotente. 
-¿Quieres que salgamos a dar un paseo?-le sugerí. 
-¡Oh, sí!-contestó Becky-Me asfixio aquí dentro. Misha no está. Dice que quiere conocer Douglas. Siempre ha sido muy curioso. Es su mayor defecto. 
-Yo, por el contrario, considero la curiosidad como una buena virtud. Demos ese paseo, Becky. Te hará bien. 
                       Salimos de su casa. 
                       Nuestros pasos nos llevan hasta el Cashtal yn Ard. Me siento extraña cada vez que paso por esta zona. Los monumentos megalíticos me hacen sentir poco menos que un insecto. Me recuerdan que estoy en este mundo de paso. Oí a Becky quejarse. No está nada contenta con la visita de su prima. 
-¿Y qué quieres que haga?-le pregunté. 
-De momento, sólo quiero que le conozcas-respondió Becky. 
-Te recuerdo que estoy prometida a Piers. Nos vamos a casar. Sólo falta que él deje de perseguir mujerzuelas en Londres. Y fijemos una fecha para la boda. 
-¡No te estoy pidiendo que hagas eso, Parthenia!
-Entonces...¿De qué se trata?
-Sólo quiero que te hagas amiga de mi primo, Parthenia. Que vengas a verlo. Que hables con él. 
-En realidad, lo que quieres es saber si está metido en algún lío. Eso podría afectar a tu matrimonio con Alec. ¿No es eso?
-¡Sí!
                          Le cogí las manos a Becky. 
-¿Cuándo está en casa?-quise saber. 
-Le diré que se quede-contestó mi amiga-No para quieto. 
                          Respiré hondo. Miré a mi alrededor. Tuve la sensación de que Becky y yo no estábamos solas. Hay gente enterrada en este lugar. Gente que vivió hace miles de años. Pero que eran personas igual que yo. Personas que tenían una vida que, a lo mejor, no distaba mucho de cómo es la mía.
                    Finalmente, decidí que quería conocer a Mikhail Kurkov. Becky no me estaba pidiendo mucho. He hablado con los amigos de Piers. No creo que Mikhail Kurkov sea muy distinto de cómo es Piers. O de cómo es Alec.
-La verdad es que me está entrando curiosidad-admití.
-Misha es un buen chico, Parthenia-me aseguró Becky-El problema es que es muy impulsivo.
-Debe de ser un defecto de la familia Ward. Tú también eres muy impulsiva, amiga.
-¡No es lo mismo! Desde que me casé con Alec, no he vuelto a meterme en ningún lío. Lo único que quería era salvar mi hogar. No quería perderlo. Alec me ayudó mucho. Tus padres y tú también me habéis ayudado mucho. Nunca lo olvidaré.
-El agradecimiento no es lo mismo que el amor, Becky.
                     Nos alejamos del megalítico. Lo agradecí. No me gusta pasar por aquí. Pero forma parte de mi ciudad. De nuestro pasado...Me pregunté cómo sería Mikhail Kurkov. ¿Sería parecido a Becky?

domingo, 20 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

8 DE ENERO DE 1817

                        Salgo sola a dar un paseo.
                        Mis pasos me llevan hasta la orilla del río Glass. Su desembocadura se encuentra cerca de mi casa.
                         Necesito estar sola. Sujeto entre mis manos una carta que he recibido de mi futuro marido, Piers Draxinger. Releo las líneas que me ha escrito. Piers y yo nos conocimos hace ya más de un año. En realidad, Piers hizo una apuesta con sus amigos acerca de que yo caería rendida ante él. ¡Cómo se equivocó! Ni siquiera sé el porqué he llegado a prometerme. Piers no paraba de perseguirme.
                       Es uno de los mejores partidos de todo el país. Becky está deseando que me case con Piers. Es uno de los mejores amigos de Alec. Así todo queda en casa, pienso con sorna.
                       La fama de libertino de Alec es equiparable a la fama de libertino de Piers. No sé cómo puede pensar Becky que Alec no le es infiel.
                       Yo también quiero pensar que Alec no le es infiel a Becky. Camino a lo largo de la orilla de la desembocadura del río. Hay un joven pescando cerca de donde yo estoy caminando.
-Buenos días, señorita-me saluda.
                      Me detengo cuando estoy llegando a su altura. Me percato de que el joven tiene un curioso acento extranjero. De pronto, me sorprendo a mí misma pensando en Piers. Mi futuro esposo es de origen aleman. Pero no parece que tenga acento alemán alguno. De hecho, se ha criado en Inglaterra y nunca ha pisado Alemania.
-Buenos días...-le devuelvo el saludo al joven que está pescando.
-¿Le gusta pescar?-me pregunta-Yo estoy intentando que piquen los peces desde hace mucho rato. No lo he conseguido.
-No he pescado nunca. Pero he oído que hay que tener paciencia. Los peces acuden al anzuelo con el silencio.
                     El joven me dedica una sonrisa que a mí me parece muy cálida. Douglas es una ciudad muy pequeña. Todos nos conocemos. Nunca he visto a este joven en Douglas. Su acento extranjero le delata como un forastero. Estará aquí de paso, pienso.
                     Dejo que siga pescando.
-¿Es usted de aquí?-me pregunta el joven.
                      Asiento con la cabeza.
                     El joven me vuelve a sonreír. No veo que haya algo en él que sea forzado.
                     Pienso que debe de portarse así con todo el mundo. No es como Piers, pienso. No sé porqué pienso que volveré a verle.
-Será mejor que me vaya-decidido-No quiero seguir molestándole.
-No es ninguna molestia, señorita-me asegura.

martes, 15 de octubre de 2013

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA


ISLA DE MAN, INGLATERRA, 1817

                 Mi mejor amiga, Rebecca Ward, ha venido a verme hoy. He visto la preocupación reflejada en su rostro cuando la he recibido en el salón. 
                 Ahora, se llamaba lady Rebecca Knigh. No olvido que es una mujer casada. Lleva casada menos de seis meses. Ella y su marido están muy enamorados. Quiero creer que están muy enamorados. 
-¿Qué pasa, Becky?-le pregunté-Traes muy mala cara. 
-Ha venido a verme mi primo Mikhail-respondió. 
-Creía que eso era motivo de alegría. Apenas os veis. Es normal que estés contenta de que esté aquí. 
                  Nos sentamos en el sofá. 
                   Una de las criadas entra en el salón. Eran las cinco de la tarde, la hora del té. Nos sirvió el té a Rebecca y a mí.
-No tengo gana de té-me dijo mi amiga. 
-Te vendrá bien-le aseguré-Estás muy nerviosa. ¡Seguro que no ha sido para tanto, boba! ¿Has discutido con tu marido? 
                  Becky estaba muy pálida y desencajada. 
-¿Qué ha ocurrido?-insistí. 
                  Rebecca me ha confesado que Mikhail podría estar metido en algún lío. 
-No esperaba su llegada-me ha contado-¡Ha sido tan inesperado! No es que no me alegre de su visita. Pero...Mi primo odia al zar Nicolás. He oído rumores. Han intentado derrocarle. Creo que ya lo sabes. Y... Tengo miedo de que Mikhail esté involucrado en eso. 
                  No conozco personalmente a Mikhail Kurkov, el primo de Rebecca. Pero ella me ha contado muchas cosas acerca de él. Es apenas un par de años mayor que Rebecca. Y tiene fama de ser algo impulsivo y apasionado. 
-¿Y piensas que ha venido aquí en busca de auxilio?-inquirí-¡No me lo creo! 
                     Rebecca asintió con vehemencia. 
-Lo que más me asusta es que Alec pueda enterarse-me confesó. 
                    Alexander Knight, o Alec, como le llama todo el mundo, es el marido de Rebecca. Llevan casados muy poco tiempo. 
-Alec es muy amigo del Príncipe Regente-me explicó-Y el Príncipe, a su vez, es muy amigo del zar Nicolás. Creo que son parientes o algo así. ¡Estoy muy asustada, Parthenia! 
                   La abracé. Deseaba poder hacer algo para tranquilizarla. Le dije que estaba exagerando la situación.
-A lo mejor, ha venido a verte porque deseaba darte una sorpresa-le aseguré-Eso no lo sabes. Becky, deberías de hablar con él. Sólo sacas conclusiones precipitadas. Eso no es bueno. Puedes equivocarte. Y hacer que Mikhail se enfade conmigo. A nadie le agrada que la gente que quiere desconfíe de ellos. 
                  Mi amiga asintió. 
                 Mikhail es hijo de una hermana de la madre de Rebecca. Se llamaba Sophia. Por lo que sé, Sophia se casó años antes con un miembro de la Realeza rusa. No entiendo el porqué en Rusia hay tantos Príncipes que no podrán heredar nunca el trono. 
-No puedo hablar con Misha-se lamentó Rebecca-Me lo negará todo. Espero que no esté metido en un lío. ¡Ni que me meta a mí en otro lío! Soy egoísta, Parthenia. Pero...¡Amo tanto a Alec! 
-Y tienes miedo de perderle-observé. 
-Sí...
                   Rebecca y yo nos conocimos hace apenas un año, pero estamos muy unidas. Fue en Londres, cuando tuve que viajar allí con motivo de mi puesta de largo. Aunque mis padres tienen propiedades en la campiña, paso más tiempo en la isla de Man que en la campiña. De hecho, Becky es oriunda del pueblo donde está la casa solariega de mis padres. Apenas lo he pisado. No es que odie la campiña. Es que prefiero vivir en Douglas. 
                    Es una ciudad tranquila. No se parece en nada a Londres. Cuando Alexander Knight se casó con Becky, recuperó la asignación que su hermano mayor, Robert, el actual duque de Hawkscliffe, le devolvió la asignación que le había retirado. De Robert se cuenta que hizo un ridículo terrible al pedirle matrimonio a su esposa lady Belinda. Ella era una actriz. Y, por lo que he oído, también era una conocida cortesana. Irrumpió a lomos de un caballo blanco en el teatro en el que estaba actuando. Le pidió que se casara con él. Lady Belinda accedió. Las carcajadas se oyeron en toda Gran Bretaña. Naturalmente, los duques lo han negado. Pero Becky me ha contado que Belinda deseó morir de vergüenza al ver el numerito que su marido había montado. Estuvo a punto de huir del teatro. ¡Sabe Dios el porqué se quedó y aguantó el bochorno! Becky ha hecho muy buenas migas con la familia de su marido.  
                    Por aquel entonces, ella y Alexander Knigh estaban prometidos. A pesar de que siempre se ha rumoreado que él, en realidad, es el hijo de un actor de teatro y su padre no era el duque de Hawkscliffe, pertenece a una de las familias de más rancio abolengo de toda Gran Bretaña. No herederá ningún título, ya que es uno de los hermanos menores de la familia. Creo que es el quinto hermano. No estoy muy segura. 
                   Rebecca me contó que se enamoró de él nada más verle. Fue un noviazgo muy corto y, por lo que tengo entendido, bastante escandaloso. En cuestión de semanas, se anunció el compromiso. Se repartieron las amonestaciones. Y se casaron. Fue una ceremonia por todo lo alto. 
                  Soy una joven dama que acaba de cumplir dieciocho años. 
                  No sé si podría decir que soy una joven culta porque he leído mucho. Pero conozco el sobrenombre que me impusieron los ingleses cuando fui presentada en sociedad en Londres. La Reina de Hielo. 
                    Rebecca y Alec desean tener un hijo. El problema está en que Rebecca no consigue quedarse embarazada. Yo, que no entiendo mucho del tema, le digo que los niños no tardarán en llegar. Aún es muy joven. Y lleva casada muy poco tiempo. 
-Me tengo que ir-me anunció mi amiga. 
-Iré mañana a verte-le dije. 
-Si quieres, te puedo presentar a mi primo. 
-Me agradaría conocerlo. 
-De acuerdo...Le ha hablado a Misha de ti. Creo que le caerás bien. 
-Eso espero. 
                    ¿Qué puedo decir más de mí? Sé bordar. Sé hablar el francés correctamente. Sé tocar el piano. Poseo una buena voz. Y me gustaría ser una buena anfitriona como lo es mi madre. 
                    Vi cómo Rebecca abandonaba el salón. Y me pregunté si su primo Mikhail se parecería a ella. 

jueves, 13 de junio de 2013

ESCRIBIR

La imaginación es libre. 
Puede fluir por doquier. 
Inventamos cosas. Imaginamos cosas. 
Cuando leemos, una parte de nosotros quiere saber más. 
Inventamos qué les puede pasar a esos personajes. 
Creé este blog con la esperanza de conocer mejor a lady Parthenia Westland. Me quedé con unas ganas terribles de saber más acerca de este personaje. 
Su última aparición son unas líneas en Corazón de tormenta. 
Este blog está dedicado a ella. Me quedé con las ganas de ver cómo evolucionaba su relación con lord Draxinger. ¿En serio estaba enamorada de ese hombre? ¿Podía ser tan malvado Mikhail? ¿O la autora lo estaba exagerando? 
Creé este blog para salir de dudas. 
Quiero que me acompañéis en esta ocasión. 
Conoceremos mejor a Parthenia. Veremos que esta especie de Princesa de Hielo no es como es descrita. Hay mucho en ella. 
Nos reencontraremos, además, con los hermanos Knight. ¿En serio son tan felices como aparentan? 
¿Qué pasará entre Parthenia y lord Draxinger? ¿Se casarán?
¿O aparecerá alguien que ocupe el corazón de la joven?
Sólo podremos saberlo a través de Parthenia. A través de su diario, conoceremos cómo es en realidad. Qué es lo que hay en su corazón. 
¡Descubrámoslo!

 ¿Queréis indagar en las páginas del diario de lady Parthenia Westland? 

lunes, 10 de junio de 2013

¿QUÉ ES ESTO?

Hola a todos.
Para ser sincera, no sé cómo podría definir este blog. 
¿Estamos ante una blog-novela? ¿Es un fanfic? ¿Es un diario? 
Para ser sincera, podría decir que es de todo un poco. 
Lady Parthenia Westland es un personaje secundario de la novela Pecados inconfesables. Podríamos decir que éste es el diario de lady Parthenia. Aquí es donde ella escribe todo lo que le acontece. 
Se cambian algunas cosas. Como, por ejemplo, que la acción no transcurre en Londres, sino en la isla de Man. 
Mikhail era el malo malísimo de Pecados inconfesables. No puedo decir lo que pasará. Pero, desde luego, aquí no va a aparecer como el malo. No me gustan los personajes que son malos hasta la exageración. 
Veremos desfilar a los personajes (a varios) de los que aparecían en la novela. Por supuesto, Becky y Alec, los protagonistas de Pecados inconfesables, estarán aquí. Pero su rol será más bien secundario. 
Todo el blog estará centrado en lady Parthenia. Y es que ella misma nos contará todo lo que le pasa. Todo lo que piensa. Todo lo que siente. No es la joven dama altiva y fría de la novela. Hay mucho más en ella. ¡Una pena que no hayamos sabido nada más! Cuando leí Pecados inconfesables, lo confieso, la leí por ella. Había algo en lady Parthenia que la hacía especial. Por eso, se merece este blog. Os aseguro que no dejará a nadie indiferente. 
Espero que os guste. 
Y espero que os encariñéis con lady Parthenia. 

 Así es como me imagino a lady Parthenia Westland: con el rostro de la actriz Rosamund Pike.