viernes, 9 de octubre de 2015

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

15 DE FEBRERO DE 1817

                        No tengo cabeza para pensar en nada. 
                        Hace días que no voy a ver a Becky. 
                        Por lo que tengo entendido, está peor. No quiere ver a nadie. Se ha encerrado en su habitación. 
                         He intentado en varias ocasiones hablar con ella. Pero ni siquiera me ha abierto la puerta de su habitación. 
                         Lo malo es Mikhail. 
                         Tengo la sensación de que quiere que tome una decisión. Me he encerrado en mi habitación a escribir estas líneas. Me tiembla la mano cuando lo hago. ¡Ojalá lady Emerald estuviera aquí! Ella sabría entenderme. 
                         He de tomar una decisión con respecto a Mikhail. 
                         ¿Qué decisión puedo tomar? He de escribirle una carta a Piers. 
                        ¿Y qué es lo que le voy a decir? Me he enamorado de un joven ruso. 
                         Mikhail me ha escrito una carta muy bonita. Me cuenta que sueña con que vivamos juntos lejos de todo. Quiere que me vaya con él a San Petersburgo. Becky se vendría con nosotros. 
                        Lady Parthenia Westland está a punto de mandar su reputación al cuerno por un hombre. La Reina de Hielo ha visto cómo su fachada se derretía como la nieve al Sol. 
                        El sentir la lengua de Mikhail lamiendo mis pechos. Ver cómo los mordisqueaba saboreándolos. Cómo su boca se perdía entre mis piernas. 
                       ¡No soy ninguna ramera! Sólo soy una mujer enamorada. 



                         Mi doncella entra en mi habitación. 
-¿Qué hace todavía levantada, milady?-me pregunta-Suponía que estaba ya durmiendo. 
-Le estoy escribiendo una carta a lady Emerald-le respondo. 
-Su prima Miranda ha venido a verla. Es demasiado tarde para hacer una visita. 
-Prepara la habitación de invitados. Se sentirá sola. Que duerma aquí esta noche.
-Como guste, milady.
-Me da mucha pena Miranda. Damien no es un buen hombre.