jueves, 22 de mayo de 2014

EL DIARIO DE LADY PARTHENIA

27 DE ENERO DE 1817

-¿Dónde está Misha, Parthenia?-me pregunta Becky-Me ha dicho que se iba. Dice que quiere intentar regresar a San Petersburgo. ¡Oh, Dios mío! ¡Mi primo se ha vuelto loco!
-No quiere meterte en ningún lío-le respondo. 
-¡Pero los cosacos podrían matarle! ¿Es que no lo entiende? 
-Misha ha oído que Alec está a punto de regresar. Nunca le ha gustado a tu futuro marido que tu primo esté viviendo contigo. Por eso, se ha marchado. No quiere que tengas problemas con Alec por su culpa. Pero me ha pedido que cuide de ti. 
-¿Y cuándo va a regresar Alec, Parthenia? ¡No lo sé! 
                      Becky permanece acostada en su cama. Todavía tiene que recuperar fuerzas. En ocasiones, se levanta y da pequeños paseos por la habitación. 
                     Yo estoy de pie, frente a su cama. 
                      Le dedico una sonrisa, intentando tranquilizarla. 
                      No sé cuándo va a regresar Alec. 
                      Pero tengo mucho miedo por Mikhail. 
-Mañana, si te encuentras mejor, daremos un paseo por el jardín-le sugiero-Tu mucama dice que va a hacer un día precioso. 
-No tengo ganas de salir-me lamento. 
                      Becky ya no sólo está angustiada porque Alec no regresa. También está sufriendo por la ausencia de Mikhail. Yo trato de ocultarle la verdad. Que Mikhail ha ido a Londres a matar a Alec. 
                      Deseo que lo encuentre. Deseo que lo mate. ¡Qué Dios me perdone! Pero odio con todas mis fuerzas a ese malnacido. 
                      Sé que la familia Knight ha venido a preguntar por Becky. Pero no se atreven a hablar con ella cara a cara. Debe de ser que no quieren tener tratos con la amante de uno de sus miembros. 
                      He oído hablar de la Zorra Hawkscliffe, la madre de Alec. Por lo visto, el verdadero apellido de Alec debió de ser otro. Becky me ha contado que Alec le contó una vez que su verdadero padre era un actor que se hizo famoso por interpretar a personajes de William Shakespeare. Ni idea de quién pudo ser. Alec no habló mucho de él. 
                      Se entiende. Debe de avergonzarse de sus orígenes. 
-Llevas días cuidando de mí-se asombra Becky-Deberías de irte a tu casa. A descansar. Yo estaré bien. Tengo a mi doncella que cuida de mí. 
-No me importa-replico. 



-Insisto, Parthenia. No quiero que tú también caigas enferma. Siento que me he estado aprovechando de ti. Y eso no es justo.
-No importa.
-A mí sí me importa. Sólo te tengo a ti. Le pido a Dios que ayude a Misha a regresar a San Petersburgo.
                        Guardo silencio.
                        No le cuento a Becky la verdad. Espero que mi amiga sea comprensiva conmigo cuando se entere.
                        Tiene razón.
                        Me siento cansada. Tengo los huesos destrozados por las noches pasadas en vela. Es mejor que me vaya a casa y que me acueste un rato. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario