jueves, 24 de julio de 2014

ESCENA ELIMINADA DE MI NOVELA "ME OLVIDÉ DE OLVIDARTE"

Hola a todos.
Hace bastante tiempo que no hago una entrada en este blog.
La entrada de hoy no tiene nada que ver con la historia de lady Parthenia Westland.
Lo que quiero es compartir con vosotros en este blog una escena eliminada de mi novela Me olvidé de olvidarte. 
Esta novela cuenta la llegada de Dillon y Tyler O' Hara a Londres tras haber abandonado San Ezequiel, el pueblo de Texas donde ambos nacieron, crecieron y vivieron junto a sus padres y su hermana menor, Olivia. Las penas de amor han obligado a ambos a abandonar el pueblo y se han establecido en Londres por separado dispuestos a olvidar.
Dillon y Tyler querrán olvidar su pasado con dos mujeres: lady Cordelia y Jane.
Pero no será tan sencillo.

                              Al poco tiempo de casarse, Cordelia y Dillon acudieron a la fiesta que celebró lord Cullen en su casa. Todas las miradas se posaron en Cordelia nada más entrar con Dillon en el salón. Muchas mujeres pensaron que Cordelia era una de las mujeres más hermosas que jamás habían existido en el mundo. Era imposible apartar la vista de ella.
                              Cordelia se sintió orgullosa cuando Dillon le cogió la mano para ayudarla a bajar del carruaje. Lord Cullen vivía cerca del teatro Empire. La temporada de teatro aún no había empezado.
                              Cordelia se sintió orgullosa cuando Dillon y ella entraron en el salón de lord Cullen con ella cogida del brazo de él. Dillon era muy apuesto.
                               El joven se sintió incómodo porque Cordelia no hacía otra cosa más que mirarle con tanta adoración que sintió vergüenza. Porque él no podía mirarla del mismo modo.
-Todas las mujeres que se encuentran aquí me tienen envidia-afirmó Cordelia con tono jactancioso-Estoy con el hombre más gallardo de todo Liverpool. ¡Eres tan alto, Dillon! Me siento muy orgullosa de ti. Vas a acabar convertido en todo un caballero.
-Dell, me temo que esperas mucho de mí-se lamentó el aludido-Y me temo que pueda acabar defraudándote.
-Tú nunca harías eso. Tengo fe en ti, amor mío.
                             Llevaban poco tiempo casados. Antes o después, acabaría enamorándose de ella.
                            Cordelia no se despegó en ningún momento del lado de Dillon, sabedora de que poca gente se acercaría a saludarla.
-Tú me bastas y me sobras-le susurró en un momento dado-Soy feliz cuando estoy contigo. Lo demás, no me importa.
                               Cordelia esbozó una sonrisa que iluminó su bello rostro. Estaba muy bella aquella noche. Se atrevió a besar a Dillon en la mejilla. ¡Delante de lord Cullen y de los invitados! Su atrevimiento en aquellos momentos contrastaba brutalmente con su frialdad en la cama.
                               Cordelia abrió el abanico que llevaba colgando de su muñeca y se abanicó con él.
                               Durante la noche, Dillon y Cordelia aceptaron cada uno un vaso de ponche que les ofreció uno de los criados de lord Cullen. Cordelia sólo tenía ojos para su marido.
-Lo único que quiero es poder estar siempre contigo-le confió.
-Estamos casados, Dell-le recordó Dillon-Sé lo que significa estar casado. Pasaremos toda la vida juntos.
-Hablas como si fuera una obligación.
-Para mí, es un placer ser tu marido. Te veo sonreír y me siento feliz. Sólo quiero que tú seas feliz a mi lado. Que me digas que te hago feliz. Es lo único que deseo, Dell.
-¡Ya me estás haciendo feliz!
                                  Cordelia y Dillon participaron en la Gran Marcha que abrió el baile. Ella se sentía feliz al ir cogida del brazo de Dillon durante aquella danza con la que se abría el baile. Todos los invitados fueron desfilando por la improvisada pista de baile. Dillon sentía que estaba fuera de lugar. Éste no es mi sitio, pensó con cierta alarma.
                                 Bailaron un vals.
                                 Bailaron una cuadrilla.
                                 Dillon se sentía ridículo. No sabía bailar ninguno de aquellos bailes que consideraba, para sus adentros, estúpidos.
-Salgamos a dar un paseo por el jardín-le sugirió a su mujer cuando terminaron de bailar la cuadrilla.
                                 Mientras paseaban por el jardín, Dillon se sintió lo suficientemente cómodo como para darle un beso a Cordelia en los labios.

1 comentario:

  1. Esta gracioso, es como leer las escenas no vistas de una peli, nada más que en libro, nunca lo había visto, de los míos directamente las borro, y ahora leyéndote a ti me pregunto que debería guardármelas. Un besazo.

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